lunes, 19 de mayo de 2014

Cambiando de rumbo...

Hola a tod@s:

Sé que hace mucho tiempo que no escribo. Sé que muchos de vosotros ya os habréis olvidado de mi, pero he decidido que tras este largo parón en el blog, ha llegado el momento de continuar contando mis experiencias aeronáuticas, y es que la ocasión lo merece...

La última vez que nos veíamos por aquí, yo llevaba unas alas de color azul y amarillo, con cierto acento irlandés. Mañana esas alas cambiarán de color, y es que si todo va bien, aquí empieza mi nueva carrera con Norwegian Air Shuttle. El color rojo y el acento noruego, serán ahora mis aliados.

La historia empezaba haya por diciembre cuando Norwegian sacaba plazas para su base en Londres-Gatwick. Animado por mi amigo Jaro (ya ha salido antes en este blog) y por Paul, de sobra conocido por todos vosotros, decidí probar suerte y ver qué pasaba. 
La verdad es que no fue un proceso sencillo. Fotos, currículums, test online, test psicotécnico... En fin, el tiempo pasaba y nadie decía nada. Estaba claro, no había pasado. 

Después de algún mes, Paul me comenta que le han llamado de Norwegian para ver si aún esta interesado en trabajar con ellos. Me dice que esté atento...
¡Zas!, al día siguiente a las 9 de la mañana, recibo la llamada esperada. La llamada desde Inglaterra preguntándome si aún estaba interesado en seguir con ellos. Obviamente les dije que si, por probar...

Ese mismo día realicé una entrevista telefónica de unos 40 minutos. Preguntas de todo tipo. Situaciones que te hayan pasado, situaciones que podrían pasar, cómo te describes... En fin, esas preguntas que solo alguien con una gran creatividad puede hacer...

La entrevista estaba hecha, solo quedaba esperar y no hubo que hacerlo mucho... A los pocos días un mail nos avisaba que habíamos pasado la entrevista telefónica y que tendríamos que ir a Londres a hacer el cara a cara... ¡Perfectoak!, o igual no tan bien... ¡Ay madre, que esto va en serio!. Mil preguntas rondaban por mi cabeza. ¿Qué hago?, ¿me voy?, ¿me quedo?, ¿pierdo o gano?... Llamo a Paul y me dice que él también ha recibido el mail. Pues nada, nos iremos a Londres a ver qué pasa.

Cogimos un avión de la misma compañía, Norwegian, y posiblemente este fue el momento en que lo vi claro. ¡Qué elegancia!, ¡qué todo!. Unos interiores cuidados al mínimo detalle. Un uniforme precioso. Elegante a la par que distinguido. A simple vista todo parecía perfecto, y lo mejor, el buen rollo y el buen clima se respiraba entre la tripulación.

Llegamos a Londres. Nos alojamos en casa de Jaro y Rachel (ellos ya trabajan para esta compañía). Hicimos un pequeño repaso de lo que podría ser la entrevista y nos fuimos a dormir. Lo que nos esperaba sería duro...

Nos levantamos bastante pronto. Ducha, afeitado, ponerse las mejores galas, ajustar la corbata y ¡a por ellos!. Llegamos allí y como si de una reunión de estado se tratara, todo el mundo iba llegado y empezando a conocer a los que ya estábamos allí. Fuimos pasando de uno en uno a registrarnos, entregar papeles y a hacer la entrevista. No fue corta, unos 45 minutos que a mi me parecieron 45 horas. No sé cuantas preguntas... Ya se me había olvidado hasta quien era y qué hacía allí... En fin, todo paso. Después de unos agradables días por Inglaterra, volvimos para España. Solo quedaba esperar.

Al lunes siguiente, para que esperar más, a las 11:30 de la mañana, veo que mi teléfono empieza a sonar. Veo un número inglés. Son ellos. Esto solo puede significar dos cosas. En fin, descolguemos. Aparco el coche, porque iba conduciendo en esos momentos, cuando una voz femenina, bromea un poco conmigo para al final decirme lo que llevaba todo el fin de semana esperando. ¡Había pasado! Empezaba una nueva aventura.

Después de las pertinentes llamadas a familiares, amigos y jefes, había llegado uno de los momentos mas impactantes de mi vida. Había llegado el momento de entregar mi dimisión en Ryanair. Un mes y mi historia con la compañía del arpa habría terminado. Me costaba creérmelo.

Y es que nos guste o no, cuando pasan estas cosas no todo es felicidad. También hay cosas tristes. En este caso no por dejar Ryanair a la cual le agradezco lo que soy hoy día, si no por dejar a una gente tan maravillosa como la que he conocido y dejado en Italia. Dicen que cuando uno llega a Italia llora dos veces, una al llegar y otra al marchar, y yo, que lo he vivido en mis propias carnes, puedo decir que es muy cierto.

No sé muy bien por donde empezar... Lucía, Laura, Pia, Anto, Fabio, Dani, Tommy, Glesni, Nico... No creo que pudiera nombrar a todos aquí... Gracias a todos vosotros he aprendido el verdadero significado de la palabra amistad. Gracias a vosotros he aprendido lo que realmente es importante. No sé como agradeceros estos dos años y medio. Sois fantásticos. Sois mi familia. Siempre estaréis conmigo.

Paul, ¿qué decir?. El hermano que nunca tuve. Hemos pasado momentos fáciles y difíciles, alegres y no tan alegres, pero siempre juntos. Sé que ahora nos tenemos que separar por un tiempo, pero estoy muy seguro que antes o después nuestros rumbos volverán a cruzarse. Lo sé.

A todos, una vez más, GRACIAS, en mayúsculas, como se escriben las cosas importantes. Lo que sois vosotros. Nos veremos muy pronto.

Quiero dar las gracias, por último, a Ryanair. Se dicen muchas cosas malas sobre ellos. Algunas son ciertas, otras no. Lo que está claro, es que un "mindundi" como yo, sin ninguna experiencia, jamás habría llegado donde ha llegado si no fuera gracias a esa compañía, Ryanair. No es la mejor, de acuerdo, pero sin ella yo no estaría aquí.

Mañana empieza todo. Primer día de clase. Todo listo: cuaderno, bolis, nervios... Todo ok! No ha sido un proceso ni corto, ni fácil. Miles de papeles y de llamadas. Solucionar todo. Estrés. Andar de aquí para allí como un loco y aún quedan cosas por hacer... Lo importante es que ya estamos aquí. Todo listo para empezar una nueva etapa, un nuevo capítulo en esta apasionante historia de la aviación que empezó hace dos años y medio y que espero siga por mucho más tiempo.

Seguiré escribiendo por aquí, así que si queréis nos vemos a bordo.

Una vez más,

Gracias por volar con nosotros.